Todo comenzó cuando el empresario australiano Steve Sammartino publicó un tweet pidiendo fondos para poner en marcha su proyecto. A este plan se unió Raúl Oaida, un genio de la tecnología de Rumania,para ayudar con los aspectos mecánicos.
La impresionante pieza de trabajo se reunió en Rumania y luego se envío a Melbourne. Utiliza más de 500.000 piezas de LEGO y el poder viene de aire comprimido que alimentan a cuatro motores orbitales por un total de 256 pistones.
La velocidad máxima se dice que es alrededor de 30 km/h.
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