Siendo sinceros, lo único malo de este coche es el nombre, porque sus líneas eran realmente atractivas. Se trata de una creación de Tom Tjaarda, padre también del legendario DeTomaso Pantera.
El Marica (el auto, obviamente) contaba con una arquitectura creada por Ghia, el célebre carrocero de Turín, que puso bajo el cofre el motor del Lancia Fliminia, un 2.8 litros, de tres cilindros, cuando lo presentó en 1969.
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