Al igual que su hermano sedán, el M5, BMW M6 ofrece una dinámica de conducción excepcional, dirigido a rodar sobre las pistas. Solo son necesarios 4.2 segundos para que este dos puertas supere las 60 mph. Con el fin de alcanzar el perfecto equilibrio entre deportividad y eficiencia , el M6 equipado de una transmisión de doble embrague con siete relaciones. Aunado a lo anterior el bastidor conlleva una serie de tecnologías que aseguran tanto la suavidad como la rigidez cuando así se requiera.
Todo esto se pone de manifiesto cuando al momento de salir de las curvas. Es sorprendente la capacidad de reacción del M6. Asimismo, se muestra con una precisión más que puntual en todo los aspectos. Ya sea al frenar, acelerar y girar el volante es tan correcto que te provoca explotar más cada uno de sus 560 caballos de fuerza. Es controlable en toda acción. A pesar de ser llevado al limite provocado por las fuerzas laterales de las curvas y las desaceleraciones, el vehículo es inmovible. Para poner un alto al poder de este coupé un sistema de frenos de carbono y cerámica son lo encomendados para la desgastante tarea. Bien dicen que es mejor el auto que frena de manera más rápida que aquel que acelera de manera fugaz.
Sinceramente me parece el automóvil más admirable y refinado que he visto en los últimos años. Cada ángulo de su carrocería nos habla de la personalidad que tiene sobre el asfalto. Es de llamar la atención los gráficos marcados y la caída del techo acanalado en el centro para mejorar la aerodinámica del vehículo. Toda la imagen original del auto es aderezada por los clásicos elementos estéticos de BMW M.
Si bien la lista de sus competidores es bastante cerrada en términos de desempeño, BMW M6 tiene atributos suficientes para quedar por arriba de sus contrincantes, y creo que el número uno es la estética musculosa de este dos puertas.
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