Así, Audi ha empleado una solución de múltiples materiales para lograr el desalojo de peso en el hatchback, de forma que el habitáculo en su conjunto pesa 25 kilos menos que el de su antecesor. Además, los motores son mucho más ligeros, el 1.8 TFSI pesa 140 kilos, mientras que el 1.4 TFSI marca 107 kilos, con una reducción de 21 kilos en comparación con el bloque al que sustituye. Esta estrategia de reducción de peso se aplica también a otros órganos mecánicos y a los componentes del interior del vehículo, en el que, por ejemplo, los asientos de nuevo desarrollo pesan cuatro kilos menos.
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