Porsche 911 Turbo S: El diablo anda suelto

Por Autoproyecto News - 2011/09/13

Fue en 1974 cuando Porsche introdujo al mercado el primer 911 con motor turbocargado. En aquel entonces eran 260 caballos de fuerza los que impulsaban al deportivo. Con el paso de los años el nueve-once turbo ha evolucionado, así como el resto de la gama. Para esta última generación -997- el modelo Turbo hospeda 470 caballos de fuerza. Es de este último donde surge el 911 Turbo S que tuvimos en nuestro poder con 530 caballos de fuerza. Escuchar el número 911 transmite tradición, deportividad, pero si a ello agregamos la palabra Turbo ganamos mayor diversión al volante, y qué decir si vemos junto las tres terminaciones juntas 911, Turbo y Sport. Un automóvil realmente exuberante.

 

Para empezar entre un 911 Turbo normal, por llamarlo de algún modo, y un 911 Turbo S encontramos diferencias  principalmente al comparar la ficha técnica de ambos. El “S“ gana 30 caballos de fuerza. Tal vez te suene poca la diferencia pero créeme que el contraste de autoridad se siente claramente al pisar a fondo el pedal del acelerador. Sin dudas, es un auto ansioso de poder. A la menor provocación se dispara como un verdadero demonio, aun sin hacer de las suyas el Launch Control. Aunque la letra S hace alude a Sport bien podríamos decir que significa Soberbio.

 

Usa el mismo motor de 3.6 litros Bóxer de seis cilindros. Para exprimir al máximo la máquina, los ingenieros de la casa de Stuttgart realizaron algunas modificaciones para conquistar esos 30 caballos de fuerza extra. Inicialmente se aumentó la presión del turbo, se añadió un filtro de aire de carbón, y además se hicieron ajustes en las válvulas de admisión. Escuchar la armonía de los 500 caballos de fuerza del 911 Turbo S causa adicción, sobre todo cuando te das cuenta del poder de reacción del vehículo. En tan solo 3.4 segundos este dos puertas logra las 60 mph. Si esta cifra te suena de alarido, es solo el principio. Para llegar a 125 mph desde cero es necesario que las manecillas del reloj recorran 10.8 segundos. Ahora es el momento en que entre en marcha la paquetería electrónica: acelerador y freno a fondo,  y salimos catapultados sobre la superficie. El estruendo del motor es un anticipo de que en 3.1 segundos hemos llegado al cometido de 60 mph. Intimida a más de uno en la calle ver cómo sale accionado. Digamos que no es un auto conformista, mientras exista terreno por recorrer no hay quién pare al 911, salvo los frenos cerámicos -seis pistones adelante y cuatro pistones atrás- escondidos detrás de los rines de 19 pulgadas. Más emoción no se puede pedir.

 

Dentro del 911 Turbo la acústica del Boxer hace una perfecta fusión con la decoración deportiva. Como es costumbre en los modelos Porsche, perfectos acabados en piel y alcántara visten las vestiduras y tablero. Radical también es la combinación de dos tonos de los asientos y demás elementos. Hemos de confesar sin embargo que no todo es felicidad a bordo del 911. Toda esa emoción se acaba en el tráfico de las ciudades. Es tanta la descarga de poder que se vuelve un poco tedioso conducirlo a bajas velocidades aun con la caja PDK. Que vaya es un gran alivio en esas circunstancias. Tal vez suene un poco contradictorio a la palabra Sport, cuando todos los 911 Turbo S vienen con transmisión de doble embrague. Si buscas uno con caja manual tendrás que ir a los 470 caballos de fuerza del 911 Turbo. Aunque si lo vemos por otro lado, la transmisión PDK realiza una labor por demás exacta, conjuntamente integra el paquete Sport Chrono, que incluye el mencionado Launch Control, y al mismo tiempo este paquete endurece o ablanda los amortiguadores. Ver cómo sube la aguja del tacómetro hasta las 6500 rpm y ser dueño del medio millar de caballos de fuerza es un gozo cada vez que manejas este germano.

 

Visualmente este 997 Turbo Sport es similar al 997 Turbo común, solo que adquiere algunos extras que agregan deportividad y exclusividad. Rines de 19 pulgadas, faldones y  pinzas de frenos en color amarillo son otras de las diferencias. Obviamente el que no podía faltar a la fiesta es el clásico alerón trasero característico de los 911 Turbo, el cual empieza a hacer su labor al sobrepasar las 75 mph.

No se puede pedir más a un vehículo con características como las del Porsche 911 Turbo S: ligereza -3440 lbs-, tracción en el eje posterior, motor sobrealimentado, excelente relación peso-potencia y sobre todo el sello 911 tatuado en su carrocería.

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